Síndrome de Noé
Recientemente en La Gatera Adoptacat hemos recogido cuatro gatos que venían de un piso donde su propietaria había acumulado la nada despreciable cantidad de 28 gatos y dos perros. Convivían en un piso medio sin terraza ni patio, con un arenero para todos los gatos y sin saber las pautas de alimentación. Había gatos que vivían encima de los armarios del miedo, no bajaban ni para orinar ni defecar. Tenían tanto miedo que cuando ya se daban todos los gatos por colocados en diferentes protectoras apareció un nuevo gato de algun armario, que después de dos meses que duró el proceso de realojo, aún no lo habían visto.
Probablemente todos conozcamos a personas que sienten gran preocupación y amor por los animales y tienen a su cargo más mascotas de las que consideramos apropiadas. Hay mucha gente bienintencionada que dedica casi todo su tiempo y dinero a ayudar a animales que lo necesitan, rallando los límites aceptables para una vida “sana”. Sin embargo, para poder hablar de un problema de salud mental denominado síndrome de Noe deben unirse varios factores:
– la acumulación de gran número de animales
– la incapacidad de la persona responsable de satisfacer las necesidades básicas de estos animales – la negación de los efectos que esta acumulación tiene sobre los propios animales.
El número de animales a partir del que se considera patológico no está determinado. Aunque se han encontrado casos con animales considerados mascotas (perros, gatos, aves, conejos, etc), también hay gente que ha acumulado animales de granja, o incluso animales salvajes. Los gatos, por su facilidad de conviviencia en una casa y en grupo, y por su facilidad de obtención están más afectados que otras especies.
Las personas que acumulan a estos animales llegan a no poder cuidarles ni alimentarles en condiciones. Los animales acaban sufriendo enfermedades por no comer ni beber, por no tener los tratamientos veterinarios básicos, por no poder moverse, por criar de forma indiscriminada, etc. Incluso llegan a morir.
Una vez muertos, la persona que los acumula no es capaz de liberar o reconocer como tal a los cadáveres, ya que están tan obsesionados con ellos que no reconocen el daño que hacen a los animales que recogen. Estas personas suelen pensar que les hacen un favor a los animales que recogen, sienten que están mejor con ellos que en otro sitio, les aportan un cariño que no reciben,… A veces, este afán por acumular animales empieza después de alguna pérdida o cambio personal, pero realmente no está claro todavía qué hace que ciertas personas desarrollen este trastorno.
Se han encontrado casos de gente joven o mayor, hombres o mujeres, solteros o casados, con un alto o bajo nivel económico y cultural, incluso con familia a su cargo. Pero una parte importante de los casos, suele implicar a mujeres, solteras, de unos cincuenta años.
No siempre se acumulan los animales en el domicilio, pero cuando así es, es frecuente que las casas se vuelvan inhabitables por la presencia de tantos animales en tan malas condiciones. Por supuesto, si hay familiares conviviendo con esta persona, también se verán afectados por las condiciones de insalubridad extremas a las que se llega.
El acúmulo de heces y orina principalmente aumenta el amoniaco hasta niveles tóxicos para las personas y los animales.
Las plagas de insectos, el olor y el exceso de sonido en ciertos casos son las complicaciones más habituales para el vecindario.
Los animales sufren claramente maltrato ya que no disfrutan de las llamadas 5 libertades (nutrición, dolor, miedo/estrés, desarrollo propio de la especie, salud). Su adopción será muchas veces compleja debido a estas carencias.
Son casos crónicos, por lo que la retirada de los animales es sólo un parche a una situación que volverá a repetirse. Es necesario facilitar tratamiento especializado y seguimiento a las personas afectadas para que puedan rehacer su vida y no recaer en tan mala tendencia.
La retirada de tantos animales y en tan malas condiciones supone un gran esfuerzo para los centros de acogida de animales de los ayuntamientos y protectoras de animales. De repente es necesario espacio para muchos animales y mucho dinero para poder curar y atender a las necesidades de estos animales que llegan en tan mal estado de salud y de comportamiento.