La experiencia de Inma

La experiencia de Inma

Aquí os traemos las palabras de Inma, unas de nuestras voluntarias más veteranas:

Conocí a la Gatera hace unos 9-10 años a través de una amiga que encontró unos cachorritos en la calle (Abril, Mayo y Junio), y después de encontrarse con la negativa de varias protectoras finalmente dio con la Gatera, quienes sí que recogieron a esos cachorros y fueron muy amables. Así es como mi amiga y yo nos decidimos a colaborar con la asociación y ser voluntarias.
Fundamentalmente mi labor como voluntaria durante estos años, ha sido cuidando a los gatos del albergue (limpieza, sociabilización de animales etc). Durante un periodo de tiempo estuve viviendo en el extranjero, momento en el cual mi labor de voluntaria pasó a ser la difusión en distintas páginas de adopción de los animales que había tanto en el albergue como en las casas de acogida.
El tiempo que he empleado como voluntaria ha variado mucho en función de mis circunstancias personales, sobre todo del trabajo. Cuando he podido he subido semanalmente a cuidar de los gatos al albergue, incluso varias veces la misma semana y otras temporadas he estado varios meses sin poder ir. Evidentemente cuanta mayor estabilidad en el voluntario mejor organización en el funcionamiento del mismo, pero desde la Gatera siempre me han dado mucha flexibilidad para poder ir al albergue en función de mis circunstancias.
Los aspectos positivos que destaco de la Gatera son las personas que la forman, empezando por la junta directiva y todos los voluntarios, y sobre todo la filosofía que tienen con los animales. Son muy cuidadosas y respetuosas con la etología del animal, su comportamiento, agruparlos según su carácter, dar muchas indicaciones a los voluntarios sobre cómo tratarlos, etc. Esto se materializa cuando ves que en la gatera nunca ha habido ningún animal que no haya podido ser adoptado por su carácter, al final todos han acabado siendo sociables.
Recomendaría 100% a familiares y amigos que se hicieran voluntarios de la gatera por muchos motivos, entre ellos por la flexibilidad que te dan para colaborar (evidentemente cuanto más constante seas mejor para la asociación); y por la variedad de actividades diferentes que puedes hacer, no solo subir a cuidar el albergue (aunque en un 80% es lo que yo he hechos), si no ir a mercadillos, a los festivales que se organizan, si eres un grupo de música tocar de manera benéfica, vender cosas en navidad (por ej lotería), etc.
También a nivel personal, cuando mis dos gatos fallecieron con una diferencia de un año aproximadamente, decidí adoptar por partida doble a través de la gatera: primero a Tocineta, una gatita que tuvo que ser operada y estaba en una casa de acogida a la cual yo acudía para participar en su rehabilitación y de la cual me acabé enamorando; y otro cachorrito carey. No puedo estar más contenta ya que se llevan fenomenal entre ellas y con el perro.

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